APOYO PSICOLÓGICO PARA RESOLVER O MITIGAR EL TRASTORNO DE SÍNDROME DE DIÓGENES
El síndrome de Diógenes es un trastorno del comportamiento que generalmente afecta a personas mayores que viven solas y se caracteriza por la negligencia y el total abandono personal y social, y el aislamiento voluntario en el hogar. Va acompañado de la acumulación de grandes cantidades de objetos, basura, trastos, desperdicios domésticos, e incluso también de animales encontrados en la calle.
En 1975 es cuando se le denomina por primera vez síndrome de Diógenes a partir de la historia de Diógenes de Sinope, un pensador y fiilósofo griego que llevó hasta el extremo los ideales de privación e independencia de las necesidades materiales.
Síntomas del síndrome de Diógenes y de los trastornos de acumulación compulsiva.
El afectado por el síndrome de Diógenes, se aísla socialmente de forma voluntaria.
Pueden llegar a acumular grandes cantidades de dinero en su casa o en el banco sin tener consciencia de que lo poseen; el temor a una situación de pobreza extrema es en muchos casos lo que les impulsa a ahorrar y a almacenar artículos sin utilidad.
La principal complicación es la muerte en soledad en sus domicilios. Por otra parte, más del 40% de los síndromes de Diógenes sufren patología somática severa, y mueren a pesar de ser ingresados en hospitales. Prácticamente todos presentan grave abandono higiénico y estados carenciales alimenticios, que implican la presencia de malnutrición, anemia, etc.
¿Qué tratamiento se debe seguir?
Se debe identificar a las personas que puedan estar entre los grupos de riesgo mediante la detección de los síntomas arriba mencionados, y en su caso mediante apoyo de un psicólogo especializado.
LimpiezasExpress.com puede ayudarle a contactar con profesionales médicos especializados. Una vez diagnosticado el trastorno, el paciente puede llegar a ser ingresado en la unidad de Geriatría o Psicología de un hospital para que sea observado por el médico. Es indispensable el diagnóstico y atender la patología psiquiátrica asociada que generalmente aparece, como depresión, delirios crónicos, etc.
Se debe dar atención a tratar posibles complicaciones derivadas del mal estado nutricional e higiénico.
Posteriormente a la asistencia primaria, se debe tratar de evitar las condiciones que llevaron a la persona a tal estado. Si no es posible asegurar la convivencia con ell enfermo, conviene ubicarlo en una institución social y hacer un seguimiento continuo, visitas domiciliarias frecuentes en el caso de que el enfermo pueda volver a residir en su domicilio por sí mismo, y atención de los servicios sociales de la Comunidad Autónoma o Ayuntamiento correspondiente.
Al no tener consciencia de su problema, los enfermos suelen rechazar la ayuda, incluso de forma violenta. Si su cuerpo no les imposibilita, o no tienen diagnosticada alguna enfermedad como demencia (que no les permita decidir por ellos mismos o que les incapacite), es necesario que firmen su consentimiento para ser ingresados en una unidad geriátrica o psiquiátrica, por lo que en general acaban volviendo a su hogar con un elevado riesgo de que se repita la situación problemática de partida.
Un comportamiento huraño y un aislamiento voluntario son “esos factores de riesgo” que deben alertar a la familia, amigos o vecinos de que puede haber un desorden de acumulación compulsiva o de síndrome de Diógenes.
En algunos entornos, el hecho en sí de que estas personas rechacen la ayuda de su familia y amigos, hace que se llegue a debatir si el síndrome de Diógenes es una enfermedad o sólo de un estilo de vida.
Contáctenos si sufre un problema de éstas características, ya que podemos ayudarle en buena parte del proceso de resolución o control.
En 1975 es cuando se le denomina por primera vez síndrome de Diógenes a partir de la historia de Diógenes de Sinope, un pensador y fiilósofo griego que llevó hasta el extremo los ideales de privación e independencia de las necesidades materiales.
Síntomas del síndrome de Diógenes y de los trastornos de acumulación compulsiva.
El afectado por el síndrome de Diógenes, se aísla socialmente de forma voluntaria.
Pueden llegar a acumular grandes cantidades de dinero en su casa o en el banco sin tener consciencia de que lo poseen; el temor a una situación de pobreza extrema es en muchos casos lo que les impulsa a ahorrar y a almacenar artículos sin utilidad.
La principal complicación es la muerte en soledad en sus domicilios. Por otra parte, más del 40% de los síndromes de Diógenes sufren patología somática severa, y mueren a pesar de ser ingresados en hospitales. Prácticamente todos presentan grave abandono higiénico y estados carenciales alimenticios, que implican la presencia de malnutrición, anemia, etc.
¿Qué tratamiento se debe seguir?
Se debe identificar a las personas que puedan estar entre los grupos de riesgo mediante la detección de los síntomas arriba mencionados, y en su caso mediante apoyo de un psicólogo especializado.
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Se debe dar atención a tratar posibles complicaciones derivadas del mal estado nutricional e higiénico.
Posteriormente a la asistencia primaria, se debe tratar de evitar las condiciones que llevaron a la persona a tal estado. Si no es posible asegurar la convivencia con ell enfermo, conviene ubicarlo en una institución social y hacer un seguimiento continuo, visitas domiciliarias frecuentes en el caso de que el enfermo pueda volver a residir en su domicilio por sí mismo, y atención de los servicios sociales de la Comunidad Autónoma o Ayuntamiento correspondiente.
Al no tener consciencia de su problema, los enfermos suelen rechazar la ayuda, incluso de forma violenta. Si su cuerpo no les imposibilita, o no tienen diagnosticada alguna enfermedad como demencia (que no les permita decidir por ellos mismos o que les incapacite), es necesario que firmen su consentimiento para ser ingresados en una unidad geriátrica o psiquiátrica, por lo que en general acaban volviendo a su hogar con un elevado riesgo de que se repita la situación problemática de partida.
Un comportamiento huraño y un aislamiento voluntario son “esos factores de riesgo” que deben alertar a la familia, amigos o vecinos de que puede haber un desorden de acumulación compulsiva o de síndrome de Diógenes.
En algunos entornos, el hecho en sí de que estas personas rechacen la ayuda de su familia y amigos, hace que se llegue a debatir si el síndrome de Diógenes es una enfermedad o sólo de un estilo de vida.
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