"No se trata de coleccionismo. Los coleccionistas clasifican sus adquisiciones y hay un objetivo de terminar algo; en los acumuladores no", comenta José Manuel Menchón, jefe de psiquiatría del Hospital de Bellvitge, en declaraciones al diario El País. Efectivamente, no es coleccionismo, ni fetichismo, ni afán por tener la casa llena de objetos por puro gusto decorativo. Se trata de una merma en las funciones mentales del afectado que le lleva a acumular todo tipo de objetos por lo que pudiera pasar. En ocasiones el Síndrome de Diógenes está asociado a la demencia, aunque no todos los afectados la sufren. "Los guardan por si algún día les fuera necesario o porque tienen un valor sentimental exagerado. Siempre piensan que van a ordenarlos, pero nunca lo hacen", prosigue el doctor. El pensamiento de que los objetos tienen una valía incalculable, no por el objeto en sí, sino por la función que puedan desempeñas cuando llegue esa tragedia o época de fuerte crisis con la que justifican la acumulación. "Lo guardo porque va a pasar algo malo y lo voy a necesitar". Ese pensamiento paranoide, común en todos los afectados, es la razón principal que les lleva a acumular tanta basura. No hay que confundir esta faceta del Síndrome de Diógenes con el síndrome de acumulación compulsiva, más común y menos dañino, y del que ya os hablamos hace unos días en el blog. Como siempre. os invitamos a que vigiléis de cerca a vuestros mayores y acudáis al hospital o centro de salud al mínimo atisbo de síntomas. Consulta aquí las condiciones de nuestro servicio de limpieza en viviendas afectadas por el Síndrome de Diógenes. Los comentarios están cerrados.
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