Además del vaciado, desmontaje y retirada de muebles, basura y restos orgánicos de todo tipo, en una vivienda afectada por el Síndrome de Diógenes hay que realizar una limpieza a fondo que incluya la sanitización o desinfección de la vivienda. Son dos conceptos parecidos pero diferentes, principalmente en la intensidad o en el campo de su aplicación. Te explicamos que son: Por sanitizar se entiende un proceso de limpieza que reduce pero no necesariamente elimina los microorganismos del medio ambiente y superficies. Los sanitizantes son sustancias que reducen el número de microorganismos a un nivel seguro. Debe tener propiedades germicidas o antimicrobianos. Es un proceso utilizado principalmente en superficies y zonas en contacto con los alimentos. En cambio, la desinfección es un proceso físico o químico que inactiva agentes patógenos tales como bacterias, virus y protozoos impidiendo el crecimiento de microorganismos patógenos en fase vegetativa que se encuentren en objetos inertes. Los desinfectantes reducen los organismos nocivos a un nivel que no dañan la salud ni la calidad de los bienes perecederos. Algunos, como los compuestos fenólicos, pueden actuar también como antisépticos. Entre los desinfectantes químicos del agua más habituales se encuentran el cloro, las cloraminas, el ozono. La desinfección del agua también puede ser física cuando se emplea la ebullición, la filtración y la irradiación ultravioleta. La principal diferencia entre un proceso de sanitización y el de desinfección, es que en el caso de la utilización del desinfectante, éste debe tener una mayor capacidad para destruir o matar bacterias patógenas en comparación con la de un sanitizante. Los comentarios están cerrados.
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