El cantante uruguayo Jorge Drexler dice en una de sus canciones "¿Cómo se bebe de una catarata?" y esa frase bien puede ser un sencillo resumen de la época en la que vivimos. La cantidad de información y estímulos que recibimos a diario nos pone en una constante presión de querer saber y estar al día en todo, controlarlo todo. Lamentablemente por mucho querer abarcar, por llenarnos de tareas terminamos saturados y sin cumplir nada de lo que teníamos pensado.
Un gran ejemplo de este fenómeno es el de las aplicaciones móviles. En las tiendas virtuales tenemos un mundo infinito de probabilidades con aplicaciones para resolver todo tipo de problemas, mejorar nuestro manejo del tiempo, sacar mejores selfies, etc. Todo con el fin de mejorarnos a nosotros mismos y estar en una constante carrera por seguir la corriente sin que nos vayan dejando. Pero ¿Realmente necesitamos todo lo que descargamos?
A raíz de esta pregunta nace el concepto de Síndrome de Diógenes en el móvil (o también Síndrome de Diógenes digital), que no quiere decir otra cosa que la ansiedad por acumular aplicaciones, fotos, correos y todo en el móvil para tener la tranquilidad por si algún día vamos a necesitar toda esa información. Lo cierto es que las probabilidades de que realmente utilices todo lo que tienes en el móvil son muy bajas. Aunque los teléfonos inteligentes nos brindan muchas opciones y soluciones en algunos casos solemos usar distintas aplicaciones por novedad y luego volvemos a nuestra rutina del whatsapp, cámara, correo y redes sociales. Todas las otras aplicaciones tienen un periodo corto de uso frecuente, sin embargo no podemos borrarlas.
Uno de los principales síntomas del Síndrome de Diógenes es no saber dejar ir las cosas y ahora que en el mundo digital el espacio de almacenamiento es casi infinito la tendencia a acumular se potencia. ¿Cuáles son los problemas de tener Síndrome de Diógenes móvil? Graves realmente ninguno salvo el hecho de que usar tantas aplicaciones nos quita espacio en la memoria y desgasta la batería de nuestro móvil, haciendo que nos llenemos de mas trastos (cargadores portátiles, cables, etc). Lo realmente preocupante es la ansiedad social detrás de esto, la razón que origina que tengamos que estar tan dependientes del móvil. Al igual que el Síndrome de Diógenes el problema real no es solo lo que se ve, sino lo que no se ve. Hay que estar atentos a este tipo de conductas para evitar que desencadenen problemas más graves. Si algún familiar o conocido tuyo sufre de Síndrome de Diógenes deja que te echemos una mano. Solicita en nuestra web un presupuesto de limpieza de Síndrome de Diógenes y has que tus seres queridos empiecen su nueva vida hoy. Los comentarios están cerrados.
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